Los rituales en un inicio se realizaban en consonancia con los ritmos de la naturaleza. Servían para conectar a los Seres Humanos con los momentos de cambio y para ayudarles a que pudiesen adaptarse a esos cambios.
Los Solsticios, principales cambios de la luz del Sol observables, fueron sin duda los iniciales. Ayudaban a transitar los miedos propios que causa la desaparición del Sol cuando es tu principal fuente de calor y también la que te asegura el crecimiento de tus alimentos. De igual forma el agradecimiento y la alegría propia del regreso de los días cálidos y de abundancia de luz.
Pero se fueron añadiendo más rituales en consonancia con los diferentes aspectos planetarios que devinieron en los Sabbaths de la tradición Celta y Wiccana, pero que se comparten también con las festividades de los dioses romanos y si seguimos indagando encontraremos paralelismos con las culturas Egipcias, Incas y Asiáticas.
Las diferentes religiones en su necesidad de crear un marco de comportamiento acorde a la necesidad de control de sus feligreses también fueron creando diferentes rituales que al principio estaban más en consonancia con los ritmos de la naturaleza, pero que poco a poco se fueron desvirtuando en pos de lograr un mayor control a través de la separación y alienación del Ser Humano de aquello que le es natural.
A estos ritos religiosos se le fueron añadiendo una gran suerte de rituales sociales y neo-religiosos que terminaron por desvirtuar totalmente su verdadera funcionalidad. Los nuevos rituales se crearon para conectar con el materialismo y dejar a un lado el mundo metafísico de lo no visto. Así, hoy en día, los rituales se realizan para pedir suerte, dinero, amor y salud. Sin tener en cuenta que para todo ello necesitamos de una voluntad, actitud y pro-actividad, ya que nada de eso nos llegará llovido del cielo.
Por eso considero importante al realizar rituales, que estos mantengan una coherencia con los ciclos naturales y también es importante crear tus propios rituales y adaptar los existentes a tu propia naturaleza y a tu momento evolutivo para que tengan una funcionalidad y un impacto real sobre tu propia experiencia vital.
Desde hace años vengo adoptando varios rituales propios y uno de ellos es el del Desayuno de Año Nuevo. Un ritual que comencé a realizar en 1994. Se trata de un desayuno especial en el que pongo cosas que me conectan con la alegría, el disfrute, la abundancia, que llenan de colorido y sabores nuestra mesa familiar. Pero además paralelamente me conecta con la necesidad del cuerpo de un re-equilibrio tras los excesos de la noche anterior. El cava está presente por varias razones: refresca, ayuda con la resaca, sube la tensión arterial que se suele ver afectada por dormir poco, su color dorado da luz y alegría, sus burbujas vitalidad y sin duda conectan con la abundancia que nos "venden" desde lo social, y al subconsciente esa sensación de lujo le viene bien para enfocarse en la abundancia.
Que si, que ya se que desde lo espiritual el lujo no está contemplado, pero al final si tu subconsciente recibe constantemente bombardeos en ese sentido y quieres un poco de "lujo materialista" en tu vida es mejor darle una conexión sana y divertida que no una "restricción castradora" en pos de una "espiritualidad de postureo". Que lo uno no está reñido con lo otro.
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Que la Luz, el Amor y la Conciencia acompañen tu camino,
Silvia Marco, Medicina Tradicional Europea.
Espagirista y Psicóloga Hermética.
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