Nuestros riñones, esos órganos incansables que filtran la sangre, son mucho más que simples estaciones de depuración. En la filosofía alquímica, se les podría considerar como los "athanores" internos, los hornos donde se lleva a cabo una transmutación vital.
Paracelso, el gran médico y alquimista del siglo XVI, concebía al cuerpo humano como un "microcosmos", un reflejo del "macrocosmos" del universo. En esta visión, los riñones no solo filtran desechos, sino que también participan en la sutil alquimia de separar lo puro de lo impuro, lo esencial de lo superfluo.
Como señala el texto traducido, los riñones ayudan a filtrar los productos de desecho, el exceso de minerales y toxinas de la sangre, y regulan el equilibrio de los fluidos.
Pero la alquimia va más allá de lo meramente físico. Para los alquimistas, la salud está ligada a un equilibrio dinámico de fuerzas y energías. En el caso de los riñones, este equilibrio se manifiesta en su capacidad para mantener la pureza de la sangre y la fluidez de los fluidos.
La astrología médica, por su parte, añade otra capa de comprensión. Tradicionalmente, se asocia a los riñones con el signo de Libra y el planeta Venus.
Libra, regido por Venus, busca la armonía, la belleza y la justicia. Así, unos riñones sanos reflejan un cuerpo en armonía, donde los fluidos fluyen libremente, sin la "injusticia" de la acumulación de desechos.
Cuando este equilibrio se pierde, ya sea por una dieta inadecuada, estrés o factores ambientales, pueden formarse los temidos cálculos renales, esos "tártaros" que obstruyen el fluir de la vida.
Pero la espagiria, la alquimia aplicada a la medicina, nos ofrece herramientas para restaurar la armonía.
El texto traducido destaca el poder del limón, el aceite de oliva y el vinagre de sidra de manzana para disolver y expulsar los cálculos. Desde la perspectiva espagírica, podemos interpretar estos elementos como portadores de energías sutiles:
- El limón, con su acidez, representa el "fuego" que disuelve las concreciones.
- El aceite, con su untuosidad, es el "agua" que facilita el tránsito.
- El vinagre, con su fuerza vital, es el "aire" que estimula la función renal.
Y no olvidemos el agua misma, esa "materia prima" de la vida, que, según Paracelso, es el vehículo del "arcano", la fuerza vital que anima la curación.
En la búsqueda de la salud renal, la espagiria nos invita a considerar no solo los remedios físicos, sino también el equilibrio emocional y espiritual. Porque, como bien sabían los antiguos alquimistas, el cuerpo es un templo, y la salud, una obra de arte que requiere la alquimia del alma.
Que la Luz, el Amor y la Conciencia acompañen tu Camino,
Silvia Marco, Medicina Tradicional Europea.
Alquimista, Espagirista y Psicóloga Hermética.
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